Quiero Ser Feliz
- Quiero ser feliz.

- ¿Qué es para vos la felicidad?

- ...No sé, no estoy seguro, un buen comienzo sería que me dejaran en paz, que no me molestaran y pudiera divertirme sin dar explicaciones, o aunque sea siquiera poder estar solo con mis pensamientos...

- Entiendo. Lo que planteás tiene dos simples soluciones posibles. Una sería dejarlo todo y mudarte a un rancho en medio de la nada, solamente vos, ovejas y el desierto, o a la montaña donde ningún camino llega y la mitad del año no podés salir por el clima.

- Eso no estaría mal, lo pensé varias veces, pero ya tengo familia, una vida establecida. Si hubiera hecho esa elección antes...

- Pero antes no sabías cómo iban a resultar las cosas. Antes no tenías la información que hoy conocés. Si hubieras cambiado algo antes, obviamente tu vida sería distinta y tendrías otros problemas. Rechazar las elecciones pasadas no tiene ninguna relación con la felicidad.

- Perdón, no dije nada.

- Está bien, sé que no es una opción para vos, lo que me lleva a la segunda solución: como decidimos por propia voluntad, o simplemente por herencia, vivir en una sociedad compleja de millones de individuos, es imposible estar aislados de la gente. Es lo primero que debemos aceptar.

- Esa no es una solución, sigo queriendo ser feliz.

- La felicidad es un estado muy relativo, podés ser feliz con cosas tan chiquitas que depende únicamente de vos darles esa aplastante importancia. Me dijiste antes que querías además otras cosas, como paz, tranquilidad... El ser feliz también puede ser muy complicado si para vos depende de muchos otros factores que pesan, que hay que resolver previamente. Si querés viajar liviano hay que deshacerse de tanto equipaje.

- No entiendo, me perdí.

- No importa, volvamos a tus necesidades. Estamos rodeados de un mundo de personas y aunque no nos guste debemos aprender a vivir con ello. Para llegar a conseguir lo que vos deseás, libertad para descansar y dejar volar la mente, y ser feliz sin tener que explicar razones, primero debemos reservar un tiempo de nuestra vida para los demás, para poder tener el resto para nosotros.

- Eso es claro, todos tenemos responsabilidades.

- Me alegra que lo entiendas.

- Eso lo dudo mucho...

- Tus dudas son normales, por eso viniste a verme. Llevémoslo al extremo, hacia un presente en donde tu vida esté completamente libre de responsabilidades. No podrías compartir nada de lo que hicieras con otras personas, porque el compartir ya lleva implícita una gran responsabilidad. Viviendo vos en soledad con tu actos, muy probablemente llegarías a sentir algo bastante similar a la felicidad, pero que con el tiempo te dejaría vacío. Sin fundamentos, sin un sentido para tus acciones, hasta aquellas cosas que disfrutás tanto terminarían dándote poco y nada. Valoramos más aquello que nos cuesta, y los problemas que nos agobian son desafíos que al ser superados nos brindan una mayor satisfacción.

- Mmsí, suena lógico, creo que puede servirme. O sea, aquellas mismas cosas que nos preocupan o nos molestan, nos angustian o que hasta nos hacen la vida imposible, pueden ser a la larga la base, una parte importante del remedio que nos permitirá ser felices. ¿Será verdad?... En fin... Gracias.

- Estoy para ayudarte.

Se quedó pensativo unos instantes repasando lo charlado. El psicólogo automatizado seguía mirándolo todavía con su único ojo. Se levantó maldiciendo en voz baja.

- ¡Estúpida máquina! ¿qué sabrás sobre la felicidad? - Se alejó después de darle un golpe.

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