Victoria del Hombre
—¿Está usted completamente seguro? ¿Son estos resultados del barrido concluyentes? ¿fueron validados exhaustivamente? —preguntó la Primer Ministro de la Tierra.

—No hay ninguna duda, Su Excelencia. Es el punto final al vastísimo trabajo comenzado luego del incidente del 2125. Por aquellos años no teníamos ningún mecanismo fiable para registrar la totalidad de los organismos orgánicos pero luego de montado nuestro proyecto se estimó una disminución de aproximadamente el 50 por ciento de las especies, y con mucho esfuerzo tanto en el proceso de detección como en el de exterminación, hoy podemos asegurar que no hay rastros de otros seres vivos remanentes.

Durante el año 2125 la Humanidad perdió de forma catastrófica el control de la naturaleza y se produjo un desequilibrio tan pronunciado que la raza entera enfrentó la posibilidad real de una completa extinción. El Hombre vio desaparecer de un día para el otro los recursos que necesitaba para su subsistencia mientras se disparaban a la par epidemias devastadoras. En aquellos tiempos fuimos vulnerables.

Por la acción inicial que desencadenó todo, y también por la posterior reacción que intentó solucionar la situación, fueron afectadas muchísimas especies animales y vegetales que no pudieron adaptarse rápidamente. A la Humanidad le demandó décadas de lucha el poder detener la casi irremediable condena, y aún así no fue sino habiendo sufrido en el proceso un golpe terrible. Tras siglos de reparación ya nunca volveríamos a ser una civilización despreocupada y pasiva.

—Habitantes de la Tierra Unida —comenzó su discurso la Primer Ministro—, hoy celebramos el nuevo comienzo de la vida en nuestro planeta, hoy será el día 1 del calendario que marcará las eras de nuestro futuro. ¡Hoy hemos ganado la guerra!

Luego de la tan cercana perdición, aprovechamos el momento para atacar con todo. Un día nuestros representantes en su totalidad se reunieron para evaluar los próximos pasos a seguir, y se decidió que tras tantas zozobras a lo largo de la historia, la Humanidad ya había ganado la carrera de la evolución y en adelante no se permitiría nuevos sufrimientos. Necesitábamos todo el espacio y todos los recursos que la Tierra podía ofrecer, y no los compartiríamos con ningún otro ser que pudiera amenazarnos.

La tarea fue precisa y metódica. No fue nada fácil pero se logró abarcar cada milímetro de la atmósfera, el agua, el suelo visible y el que está debajo hasta encontrar incluso la partícula más pequeña de vida o código genético no humano. Se registró absolutamente todo lo encontrado. A continuación comenzamos a sintetizar aquello que nos era fundamentalmente necesario como los alimentos, y se catalogaron y archivaron las propiedades de aquel material vivo para el que todavía no habíamos encontrado uso.

Por último, el paso final fue la completa eliminación del universo vivo dentro o más allá de nosotros mismos.

—Hermanos humanos —continuó la encendida proclamación—, hoy es el día del triunfo de la Lógica Pura. Esta es la fecha en la que nos convertimos en seres libres, amos de nuestro destino, reclamando el lugar que nos pertenece exclusivamente y por derecho propio. A partir de hoy dependeremos solamente de nosotros mismos para trazar el camino que queremos seguir. Este es el día de la Victoria del Hombre.

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