Cosas que Pasan
Hay una ventana misteriosa camino a mi casa junto a la cual paso todos los días. No se hagan ilusiones, es un pobre misterio, solo una intriga personal, pero siempre, siempre que paso la persiana está un poco levantada y en el espacio que queda entre la ventana y el final de la cortina se puede ver una televisión encendida. Nunca vi la silueta de nadie, ningún movimiento, no sé si alguien está mirando esa pantalla, tampoco sé si es el hogar de alguien o algún tipo de oficina o consultorio (hay varios en la zona). Miro al pasar, como al descuido, buscando otras pistas o algo distinto. La única certeza es encontrar cada día la misma escena en mi camino.

Hay un repartidor de diarios gratis al que esquivo infaliblemente llegando al trabajo cada mañana. No es por mala voluntad ignorarlo pero no me interesa lo que entrega, y aunque a veces me tienta aceptar su ofrecimiento para no hacerlo sentir mal, ¡va contra mis principios desperdiciar papel sin razón! Me pregunto si de tanto verme pasar habrá llegado a reconocerme y a esperarme ya sin fe cuando me estoy acercando, pero deben ser cientos las personas apuradas que transitan a su lado todos los días, por lo que sería casi egoísta pensar que nuestro encuentro diario es especial.

Hay un gato negro que me recibe (casi) cada día detrás de la puerta cuando llego del trabajo. Se estira en el suelo panza arriba y gira para acá y para allá esperando mimos. A veces aprovecha para salir cuando abro y se escapa entre mis piernas sin saludarme, y otras tantas ya lo encuentro en el patio de adelante maullándome a la distancia cuando me ve llegar.

Hay cosas que pasan absolutamente todos los días, docenas o cientos, cosas chiquitas y algunas grandes, como si el Universo estuviera sincronizado con nosotros, alerta a nuestra presencia. Hechos que buscamos, situaciones que construimos, rutinas con todo lo bueno y malo que significa una rutina.

Será por eso que se nota tanto cuando tomamos otro camino, cuando doblamos en el lugar donde nunca lo hicimos antes, cuando evitamos encontrar lo que enfrentamos siempre, y nos escapamos o huimos, tal vez, de todo lo conocido. Será posiblemente la sorpresa, lo nuevo, lo inesperado, aquello que destaca y hace notables a las personas. Será que alguna vez habrá que levantarse del cómodo lugar donde las cosas simplemente pasan, y empezar a HACER que las cosas pasen. ¿Qué será...?
Comentar en los Foros

1 comentario:

Unknown dijo...

Gus! Creo que lo inesperado, la sorpresa o lo nuevo no nos hacen notables. Sino que nos hacen notar cosas. Lo que nos haría notables sería entonces (como bien lo decís) es HACER COSAS! Por ejemplo yo, al volver del trabajo siempre tengo un problema para tomarme el colectivo :S.Y cuando finalmente logro que un colectivo pare, siempre le agradezco, y le cuento cuántos minutos esperé y cuánto me hace bien poder volver a casa. Ellos a veces responden diciendo "otras veces te dejé plantada" ... y así cada día sigo deseando tener un auto, pasar por ese lugar, y llevar a los que siempre están esperando. Que lindo sería!!!!


Comentarios