Ella no tiene ninguna característica particular, mi mirada la cruza buscando la ventana para escapar un poco del apretujamiento del vagón. Perdido en mis pensamientos, noto de repente que sufre un cambio y parece acongojada, y más tarde definitivamente veo que llora en silencio de forma contenida, casi con vergüenza.

Me siento extraño, como un insolente, al sorprenderla tan vulnerable. Es lunes y ella está llorando. ¿Qué razones puede haber para sentirse así esta mañana de sol? ¿Qué sentimientos tan oscuros sobrevivieron la noche sin morir a la luz del día?

La veo caída y sé que también yo puedo llorar por un fin de semana que terminó sin haber traído las soluciones esperadas, por meses y años detrás llenos de frustraciones. Solamente quien comienza el día sin mayor preocupación que un zapato izquierdo perdido podría transitar inmutable un camino que para otros está lleno de piedras y pozos.

Creo que es mucho premio inmerecido para aquel destinatario de tantas lágrimas, saber que alguien en este mundo sufre tanto por él. Posiblemente esa persona no conozca nunca que un alma herida le dedicó su llanto mudo, triste, y tal vez sea mejor así. ¿Quién puede hacer llorar a una mujer una mañana de lunes?