
Posiblemente el azar verdadero no exista, y si realmente existe solo sea aplicable a escalas minúsculas. Por eso Einstein pronunció su frase "Dios no juega a los dados con el Universo" cuando se discutían los posibles estados de partículas ínfimas en estudios de física; se planteaba que era imposible determinar un estado en un instante dado y que esto dependía del azar, lo cual indignó al científico. Como sea, es prácticamente un hecho el que hay solamente dos posturas posibles: o esta incertidumbre ocurre únicamente a escalas subatómicas, o no existe azar alguno sino que todas las fuerzas que generaron lo sucedido en los miles de millones de años de historia del Universo y determinarán el futuro del mismo, se dispararon en el instante mismo del Big Bang y de ahí en adelante todo se mueve como en una danza de infinitos bailarines golpeándose entre sí constantemente.
Y estamos hablando de un número tremendamente grande de variables. Hasta el movimiento más pequeño está afectado por una cantidad inmensa de factores, y si es extremadamente difícil (aunque no imposible) arrojar una moneda y que caiga de canto o intentar parar un dado sobre uno de sus vértices, es por estas variables, el conjunto de fuerzas que influyen en un resultado: la gravedad, el aire en movimiento, las vibraciones sonoras, la temperatura, etc. Es por esto que se suele referir a experimentaciones realizadas en el vacío, o que se envían cientos de pruebas a bordo de los transbordadores espaciales para evaluar respuestas libres de influencias. Al arrojar un dado, como dijimos, nos es imposible determinar con

Cuando nos ocupamos en la tarea de intentar generar azar, es cuando nos damos cuenta de lo difícil que es conseguirlo. En el mundo de los procesos lógicos donde todos los datos son conocidos, el fundamento básico (en el que podemos depositar nuestra confianza) es el conocimiento de que dados los mismos parámetros de entrada siempre obtendremos la misma respuesta. Al programar una computadora, vemos que no hay una fórmula que nos garantice un resultado distinto en cada ejecución. La solución a un cálculo complejo seguramente será algo que desconocemos, pero cada vez que hagamos la cuenta nos devolverá siempre la misma cifra. Volviendo al ejemplo del casino, conociendo el algoritmo que usa una ruleta electrónica sabríamos siempre a qué número apostar.


Nosotros, la mayoría de las veces, tenemos decisiones más complejas que tomar y nos jactamos de ser más inteligentes que el burro. ¿Qué camino vamos a tomar, qué conocimiento vamos a aplicar? ¿Tomaremos las riendas de nuestro destino o dejaremos que el azar decida?
En nuestra vida frecuentemente somos sorprendidos por situaciones inesperadas, la mayoría de las veces por hechos fuera de nuestro control, pero no debemos depender de resultados azarosos para vivirla. Todo aquello que nos rodea está en movimiento constante, afectándonos y siendo afectado por nuestras acciones. Y al final del día somos esclavos de nuestros actos o nuestra pasividad, un bailarín más del Universo decidiendo a cada paso hacia qué lado vamos a girar a continuación.
Comentarios
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
ME ENCANTÓ!!!!....
¡Muchas gracias Dama Michi, aprecio enormemente tu comentario!
Los comentarios nuevos no están permitidos.